Reacciones alérgicas
En algunos países tropicales, los insectos y los arácnidos son responsables de la transmisión de más de 100 enfermedades, entre ellas, la malaria y la fiebre amarilla. Y en España, se estima que alrededor de 800.000 españoles padecen reacciones alérgicas por picaduras de abejas y avispas. De hecho, entre 15 y 20 personas mueren, anualmente, por esta causa.
Tras sufrir una picadura, se pueden experimentar síntomas alérgicos leves o graves. Entre los primeros destaca el prurito, la urticaria o la hinchazón. Si se trata de una reacción más aguda, los síntomas pasan por mareos, vértigos, náuseas, debilidad, hipotensión, broncoespasmos, vómitos, inconsciencia, e incluso muerte. En ambos casos se ha de acudir al especialista, alergólogo.
No todo el mundo responde de la misma manera a una picadura. Precisamente por ésto, el único modo de saber si una persona es alérgica es acudiendo al alergólogo, quien le realizará un diagnóstico etiológico completo, a partir de un cuestionario, para calibrar la gravedad de la reacción sufrida; pruebas cutáneas y una analítica.
Consejos prácticos
· Evita acercarte a los contenedores de basura.
· Si realizas trabajos de jardinería, aplícate un repelente de insectos.
· No andes descalzo.
· Evita llevar prendas amplias o de colores llamativos.
· No utilices perfumes con olores intensos.
· Si comes o bebes en el campo, asegúrate de hacerlo lo más lejos posible de una colmena.
· Cuando cojas el coche, comprueba que no han entrado insectos y conduce con las ventanillas subidas.
· No hagas aspavientos si tienes un insecto cerca. Las abejas y las avispas sólo pican cuando se sienten amenazadas.
· En caso de picadura de abeja, retira el aguijón con la uña sin presionar el saco de veneno para evitar extenderlo.
· Si vas a viajar a países cálidos y húmedos, tropicales, africanos o asiáticos, toma precauciones. Infórmate de las vacunas que debes ponerte y hazte con un completo botiquín de primeros auxilios.
Tratamiento
· En los casos de picaduras de abejas y avispas, la inmunoterapia es el único tratamiento que puede evitar los síntomas alérgicos. El tratamiento consiste en aplicar una vacuna antialérgica que tiene un índice de eficacia superior al 98%. Dicha vacuna contiene cantidades mínimas del veneno del insecto que ocasiona la alergia. De esta manera, se va consiguiendo la tolerancia inmunológica. El tratamiento puede durar de tres a cinco años y las inyecciones son de carácter mensual.
· También se puede tratar utilizando repelentes. El más eficaz contra los mosquitos, tábanos, ácaros, arácnidos y garrapatas es la dietiltoluamida o DEET. Se aplica cada seis u ocho horas. En casos de sudoración excesiva conviene aplicárselo con mayor frecuencia. Actúa directamente sobre el olfato de los insectos y forma una capa gaseosa sobre la piel, lo que hace de ésta un lugar poco atractivo para los insectos.
· Consultar con el especialista la posibilidad de tomar antihistamínicos orales.
A. Montes